Calientapollas

Hola. ¿Está ocupada esta silla? ¿No? ¿Me puedo sentar? Gracias. No, no quiero molestarte. Claro. Sigue leyendo, me gustan las chicas que leen. Solo déjame ver el título del libro. Ah, no lo conozco. ¿Qué tal está? ¿Te gusta? Sí, vale, perdona. No quería molestarte, tú a tu libro. Yo solo quería un café. A ver si el camarero me hace caso. A ti seguro que sí, porque les encantan las chicas guapas. Sería imposible no verte, con esos ojazos.
No, oye, perdona, no te vayas. No, espera.

Venga, pues pírate. ¿Qué más me da? Solo estaba siendo amable. Calientapollas.

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