Todos los domingos, puntuales y expectantes, los sobrinos almuerzan con tía Tula. Mientras les sirve la sopa, repasa los rumores más notables del vecindario, pródigo en leyendas de sangre caliente.
En realidad todo es un juego. Los sobrinos van divulgando las historias más descabelladas, para que lleguen a oídos de la tía. El ganador es quien le cuele la patraña más escandalosa.
– Dios misericordioso. Se dice por ahí que el nuevo cura es hermafrodita.
Estallan las risas, el vencedor levanta su copa.
En realidad, Tula es todo menos tonta. Pero no quiere que los niños dejen de venir los domingos.